Tuesday, April 11, 2006

Crónica del cumple de el Javi Longhi.

Minutos después de las 23:30, tras caminar 20 cuadras cruzándome con la procesión de almas provenientes de la rambla de pocitos en ocasión de la noche de las luces, me encontré con el Mario, el Yama y el Cabeza, en la puerta de la casa de este último. Después de escuchar su peripecia en la noche del canal uruguayo (muy deprimente, por cierto, y q merece un episodio exclusivo) esperamos un rato al lalo. El lalo no aparecía y nos fuimos al lugar del cumpleaños recorriendo el trayecto q había hecho el cabeza para ver si encontrabamos el vino q había extraviado. El cabeza nos mostró el lugar donde había estado recostado (un rincon digno de un linyera) y ahi el Yama divisó la bolsa q contenia la botella de vino.
De ahí nos fuimos a la plaza donde nos pusimos a tomar la grapa con limón del Yama. Allí se nos sumaron Manu y Nacho. Desde la puerta del cumpleaños alguien nos saludaba efusivamente:
-Hey!!!
-ese es el lalo?
-Soy yo!!!
El lalo se reconocía como sí mismo y eso ya era un paso adelante. En ese momento entramos al local y como buenos depredadores nos acodamos en la barra a beber y contemplar el ambiente, sin contar la bajada que le pegamos a la bolsa de papitas. Esto que dicho asi da la impresión de brevedad, fue por lo menos el 50% del cumpleaños. Fue así que conocimos a Julia, una niña a la que si existiera la policía de la moral, le hubiesen sacado la libreta por exeso de velocidad hace tiempo.
Al rato nomas de estar ahi, el cabeza ya se encontraba en la barra, pero del otro lado haciendo las veces de tabernero. Minutos después lo escoltaba el Manu, que también llenaba vasos pero para consumo personal.
Con la llegada de Augusto vino el auge del cumpleaños, una fiesta como tantas con amigos y alcohol en todas sus gamas. En ESTE tramo se produjo la agresión física por parte de Mario hacia el lalo y quien les habla. En un acto repudiable de sensura musical.
Más tarde vino el pogo de la noche con "Niño soldado". La fiesta se trasladó por momentos a la plaza pero Longhi se encargó de q no se escapara nadie.
Después llegó el susto de la noche. El Rafela, acostado sobre unas sillas, empezó a hechar espuma por la boca. Lo enderezamos, le tiramos agua, pero el Rafa seguía callado y espumeante. Lo sacamos a la plaza y Nacho llamó una ambulancia que le pasó la pelota al 911. En la espera, Erwin trataba de sacarle dramatismo a la situación, ganándose la desaprobación de Mario (a esa altura, esponzorizado) en terminos como: "¿Quién dijo esa boludez?"
Después de eso el Rafa se levantó, hizo una escena y se termino yendo a la casa acompañado por Yama y Mario. Cuando ya se nos había escapado el judas, cayó el patrullero. El policia, convencido de que venía a buscar a una chica, pregunto el nombre del que había llamado.
"-Ignacio Marquez"- respondió este, nombre que el oficial anotó en su libreta invisible antes de partir.
Cuando llegaron los escoltas de Rafa nos quedamos un rato en la plaza. En determinado momento, y por circunstancias que aún se desconocen, Julia le toco la cara a Mario y alli se produjo el siguiente diálogo:
-¿Qué me pegás atorranta? ¿No sabés ni cómo me llamo y tenes el atrevimiento de pegarme? -Si, Mario- contestó la borrega en tono victorioso.
-La verdad que no- dijo Mario, visiblemente ofuscado.
-Mauro- gritó Julia tras recibir ayuda de la tribuna.
-¿Qué mierda querés?
Volvimos a la fiesta que ya estaba decayendo y nos quedamos ahi. Nacho rompió una botella y justo después de eso, la madre del Javi nos dijo que en 20 minutos cerraban el local (cabe recordar que hace un tiempo fuimos increpados en el faro por identica actitud de este muchacho). Esto provocó un enfrentamiento entre la madre y el Javi, que al grito de "la noche esta en pañales", arengaba a los cinco o seis cadaveres que todavía quedaban.
Y ahí nos fuimos.

Escrito por Joaquín Ferrón.